"La vida de Ent"
¡Hola a todos!
En la entrada de hoy os voy a contar otra historia. Iba en el tren de camino a mi casa y 6 h de trayecto dan para pensar mucho, así que siguiendo el tema de la historia anterior, el cambio climático, aquí os dejo "La vida de Ent".
Espero que os guste:
"Un día de
tormenta, un rayo cae sobre un bosque de la ciudad. Concretamente, sobre un
árbol.
Este empieza a
cobrar vida poco a poco. Le empiezan a salir ojos, boca, brazos, y piernas. De
pronto, el pequeño hombre-árbol abre los ojos, se desencaja del resto de árbol
y comienza a caminar. Va por un gran parque andando sin entender nada. ¿Dónde
está?
De pronto ve una
pequeña fuente y se acerca a beber agua, está sediento.
Mientras está
arrodillado bebiendo, en la parte de debajo de la fuente aparece reflejada una
mujer: la madre naturaleza. Y esta empieza a hablarle.
El árbol escucha:
“Hola, se que te
extrañarás de haber cobrado vida. He oído a cada ser vivo de este parque llorar
cada día por ver cómo los humanos os van destruyendo y sentí en ti la esperanza
de cambiar las cosas. Tienes una oportunidad para conseguir que los habitantes
de esta ciudad cambien su comportamiento hacia la naturaleza. Pero cuidado, con
cada mal paso realizado por ellos, irás perdiendo color y con él tu vida. Si en
unos días no lo consigues, volverás a tu estado como árbol”
La imagen de la
madre naturaleza desapareció y el hombre-árbol se sentó en un banco a pensar en
las palabras dichas por ella.
Sin darse cuenta,
se quedó dormido.
De pronto, se
despertó cuando una pelota tocó sus pies.
Abrió los ojos y
vio que ya era de día.
Levantó la vista y
vio a un niño corriendo hacia él.
-¡AAAAHHHH!-
gritó.
-¡AAAAAAHHHH!-
gritó de vuelta el niño
Los dos se
quedaron mirándose fijamente uno frente a otro.
-¿Quién eres?- le
preguntó el niño asombrado por su físico.
- Mmmmm… No tengo
nombre. Creo… nunca nadie ha tenido que llamarme…
-¿Cómo no vas a
tener nombre? Todos tenemos uno, nos lo ponen cuando nacemos. Yo me llamo
Jorge, ¿cuántos años tienes tú?
-Tengo cien años,
soy de los más jóvenes de todos mis amigos. Vivo aquí, en el parque.
-Wuoooo, ¡qué
envidia! ¿Entonces no tienes papás no? No tienes hora de ir a casa.
-Umm no, la verdad
que no.
-¿Y qué haces
aquí?
-La madre
naturaleza me ha dado una misión: salvaros a todos los ciudadanos de esta
ciudad de vosotros mismos. Os enseñaré a cuidar el medio ambiente, y así
combatir todos los desastres naturales que están ocurriendo ahora.
-Uff eso parece
muy difícil. Mi profesora siempre nos habla de eso en clase… y ninguno lo
entendemos bien. Sobre todo eso del cambio climático…
- Yo os ayudaré a
entenderlo si queréis. Puedo ayudaros.
-Vale, por mí bien.
Pero te llamaré de alguna forma. Déjame pensar… Ummm… ¿Te gusta: Ent?
-Sí, por mí está
bien. Ent… Me gusta.
Ent y Jorge
se hicieron amigos, y Jorge, decidió enseñarle la ciudad.
Pasearon por el
río …. Y el árbol observó a gente comiendo y tirando basura al agua.
Fueron por la
calle de las tiendas y los comercios.
Ent observaba a su
alrededor una ciudad con basura en el suelo, cajas en las puertas de los
comercios, cantidad de coches expulsando dióxido de carbono…
¿Cómo podían vivir
así? No tenían casi oxígeno para respirar.
Con un soplo de
Ent todos los sitios cercanos empezaron a llenarse con aire. Todos los
ciudadanos que pasaban por allí se pararon a respirar bien. Las hojas empezaron
a bailar alrededor de los que paseaban…
Por un instante,
todos sonrieron…
Siguieron
caminando y como se hizo de noche, Jorge decidió llevar a Ent a su casa a
dormir.
Al día siguiente
era lunes y Jorge tenía colegio, así que decidió llevarse a Ent con él para
presentárselo a sus compañeros de clase y a su profesora.
Fueron caminando
hacia el colegio, y de pronto Ent empezó a toser.
A su lado pasaban
un montón de coches todo el rato desprendiendo dióxido de carbono, y él solo no
podía combatir tanto… Necesitaría a sus compañeros del bosque para combatirlo…
Cuando llegaron a
la puerta del colegio se encontraron con los amigos de Jorge: Manu y Natalia.
Ent estaba un poco pálido, pero les dijo a todos que se encontraba bien.
Ent entró en clase
y la profesora se puso a explicar Ciencias Naturales en su honor.
Al principio pensó
que era una idea genial, porque quizás la profesora podría ayudarle, pero con
el paso de los minutos, se dio cuenta de que ella hablaba y hablaba, pero les
ponía una imagen de una planta o de un río para explicarles algo en lugar de
salir al exterior y que todos pudieran notar con sus sentidos su olor, tamaño,
color, textura…
¡Qué locos estaban
los humanos!
El día en el
colegio terminó por fin y volvieron a salir a la calle.
De vuelta a casa
de Jorge, Ent observó que en cada esquina había una carnicería. ¿Por qué
comerían tanta carne los humanos?
Le preguntó a
Jorge y su respuesta fue que el principal negocio de allí era la ganadería y el
trabajo en la fábrica de embutidos que había a las afueras de la ciudad.
Jorge le señaló
con la mano una torre que se elevaba a lo lejos de la que salía por una
chimenea una gran nube gris de contaminación.
Tras esa noticia,
Ent sufrió un desmayo y volvió a perder un poco más de color.
Natalia, Jorge y
Manu se asustaron mucho, y decidieron llevar a Ent al bosque del que procedía
para que viera a sus amigos los árboles y los animales que allí vivían.
Se sentaron en
círculo y Ent comenzó a contarles historias.
Una de ellas
hablaba de lo bonito que había sido el bosque antes. Todo el mundo lo cuidaba
mucho, no existían los coches, no se hacía tanta tala de árboles, no existían
tampoco los aparatos electrónicos por lo que no se gastaba tanta energía… Les
describía mediante historias paisajes naturales que todos deseaban ver, donde
los animales correteaban por el bosque, el río estaba inundado de peces,
incluso había ardillas por los árboles.
Pero de pronto,
algo empezó a cambiar en los hombres. La ciencia avanzó, y con ella la
destrucción. Mataban muchos de los hermanos de Ent sin causa alguna, solo por
talar, los coches, autobuses y motos inundaron las calles y una nube grisácea
de dióxido de carbono cubrió la ciudad, las fábricas y la tecnología acababa
con la energía que quedaba…
Un día, incluso se
produjo un incendio en el bosque. Ellos lo llamaron un incendio debido al
cambio climático, pero no. Fue un incendio debido a la actividad de los
humanos.
Jorge y sus amigos
estaban atemorizados, mientras de los ojos de Ent caían lágrimas.
-¡Pero no, Ent! No
queremos que eso vuelva a ocurrir. -dijo Jorge
-No, yo tampoco.
¿No podemos hacer nada nosotros? No quiero que desaparezcas, quiero poder
tumbarme en el río y escuchar a los pájaros alrededor. Por favor, Ent… Vamos a
hacer algo- suplicó Natalia.
En ese momento Ent
decidió que era el momento de contarles por qué estaba allí:
Veréis chicos, ya
le dije a Jorge que si estoy aquí es porque la madre naturaleza me dio una
oportunidad. Tenía unos días para hacer que los humanos cambiaran de actitud y se dieran cuenta de la importancia que tiene cuidar el planeta. Pero es muy
difícil… Me he dado cuenta de que nadie hace caso de nada. Solo puedo
confiar en vosotros. Y a mi… A mí ya no
me queda mucho tiempo… Estoy perdiendo el color. Eso significa que cuando me
vuelva completamente blanco, desapareceré y volveré a convertirme en árbol, y
ya no podré hacer nada.
-¡No! Por favor
Ent… No me dejes ahora… Contigo estoy bien. No volveré a jugar a la play ni al
ordenador. Lo prometo, pero por favor, quédate…
-No digas eso
Jorge… Claro que puedes seguir jugando a la play o viendo tus dibujos favoritos
en la televisión… La misión que os voy a encomendar es mucho más complicado que
eso. Veréis. El
problema no es vuestras acciones individuales. No importa que a Manu su padre
lo lleve y lo traiga en coche a cualquier sitio, ni que la madre de Natalia
junto a otras personas trabaje en la fábrica de embutidos que tanto contamina
el aire, ni que tú Jorge, juegues a la play todos los días… Lo grave es que
todo el planeta lo hace a la vez, y hay una gran sobrecarga en todos los
aspectos. ¿Entendéis lo que digo?
Los tres amigos
asintieron con la cabeza mientras miraban fijamente a Ent.
Ent siguió
hablando:
El problema es que
los seres humanos realizáis actividades que provocan variaciones en el clima.
Variaciones que no se producirían de manera natural: es por eso que se producen
desbordamientos de ríos, como el que os conté en la historia, una gran lluvia en
meses donde debería hacer calor, incendios en los bosques…
-¿Y qué podemos
hacer?- preguntó Manu muy intrigado.
-Escuchadme
atentamente- respondió Ent- la única forma de combatirlo es cambiando la
actitud de cada persona, individualmente, y que poco a poco, se vaya sumando
más gente. Por ejemplo, Manu, tú podrías ir andando a todos los sitios que
puedas, en lugar de que tu padre siempre te lleve en coche, o utilizar el
transporte público. De la misma manera, la madre de Natalia no tiene culpa de
los gases que se quedan en la atmósfera debido a la fábrica, pero sí que
poco a poco, podemos ir concienciando a
los demás ciudadanos de que deberíamos reducir el consumo de carne, la
ganadería es un gran contaminante de la atmósfera. Tú, Jorge, cada vez que
juegues a la play, que te duches o veas la televisión, tienes que tener cuidado
con la energía que gastas. Desenchufa siempre todo después de haber estado
jugando o cierra el grifo mientras te enjuagas con champú, por ejemplo, eso
ayudará a ahorrar dinero y energía.
También es
importante que recordéis las tres R reducir el consumo de cosas innecesarias,
reutilizar todo los que podamos, y, sobre todo, ayudar a reciclar ya sea en
casa, en las calles o en la escuela.
Si todo esto, se
lo decís a vuestros amigos y compañeros, poco a poco se ayudará a combatir el
cambio climático. Y todo será gracias a vosotros, los más jóvenes. Yo confío en
vosotros. Pero ahora mismo, no puedo hacer nada más. La ciudad está devastada…
Quizás algún día, cuando todo mejore, la madre naturaleza me deje volver a
tener vida y veros.
Ent se levantó y
caminó hacia su tronco. Se metió dentro y cerró los ojos. Poco a poco, cada
parte que fue revivida con aquel rayo comenzó a volver a formar parte del
conjunto del árbol.
Los tres amigos
miraban con lágrimas en los ojos la escena. Jorge fue corriendo y abrazó a Ent
en su último momento de vida.
Los tres se
prometieron seguir los pasos indicados por Ent y los escribieron en una lista
que fueron dejando por todas las partes de la ciudad. Llamaron a esta lista La
vida de Ent, ya que lo que buscaban era poder volver a verlo con vida algún
día.
En el interior del
árbol, el alma de Ent seguía viva, y sonreía cada vez que los tres amigos iban
a contarle alguna acción buena que habían realizado.
La madre
naturaleza desde el cielo, observaba todos los días las acciones de los seres
humanos el día a día, y pensó que quizás no todo estaba perdido, y se podía
confiar en el alma de los humanos."
FIN
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