El museo es una escuela... ¿o NO?

¡Hola a todos!

En otra entrada anterior ya os hablé de la figura de Maria Acaso y su blog dedicado a la revolución de la educación desde una perspectiva artística. No estaría mal que le echárais un ojo de vez en cuando a sus entradas, pues siempre hay propuestas nuevas que rompen con todo lo que conocemos.

Hoy especialmente os voy a hablar de su última entrada: El museo no es una escuela.
Os dejo el link por si queréis leerla: https://mariaacaso.es/general/el-museo-no-es-una-escuela/

Para comprender lo que se dice en este artículo, hay que informarse del proyecto "El museo es una escuela". Luis Camnitzer es un activista político que creó este proyecto que ha sido instalado en unos 15 museos por todo el mundo. Lo que intentan mostrar es que el arte deja de ser un simple producto para pasar a ser un espacio donde se lleva a cabo un intercambio de conocimiento, llegando a cumplir la función de los centros educativos.

Para empezar mi reflexión sobre esta entrada os dejo una frase literal de su entrada:
"Resultaría terrible que el museo fuese una escuela, al menos una escuela como las que existen a nuestro alrededor; que el museo pusiese exámenes que no tienen sentido; que se olvidase sistemáticamente del cuerpo y defendiera que solo pensamos con la cabeza; que renegase del placer y afirmara que solo con «la sangre» se llega al conocimiento;"

Esta entrada es bastante radical en lo que conlleva a la definición de centro escolar o escuela.
¿Realmente la escuela es un lugar tan horrible? La respuesta es no, pero esa es la sensación que la mayoría de alumnos se llevan una vez salen del centro.

En esta entrada nos habla de una propuesta pedagógica que se llevó a cabo en el Museo Reina Sofía de Madrid: el programa Escuela Perturbable.

Para poner en marcha este programa, lo alejaron de la zona de propuestas educativas que se realizaban en el museo. Con esto querían mostrar cómo se pueden realizar propuestas pedagógicas alejados de los centros educativos. Esto significó un cambio en el lugar en el que desarrollaron sesiones, que fue en las propias salas de exposiciones.

Nos muestra también el gran trabajo que llevaron a cabo todos los colaboradores de este proyecto frente al creado por Camnitzer, y nos invita a reflexionar sobre que siempre podemos darle una nueva visión a todo.

La conclusión que yo saco de este artículo es que tanto la escuela como los museos necesitan una reforma en cuanto a la forma de enseñar. Ambas pueden complementarse, pero si que es cierto que si igualamos el museo a un centro educativo, mucha gente va a huir espantada por lo que se puedan encontrar, y lo que queremos es justo lo contrario, que entren, se queden, y vean que están aprendiendo cosas sin ser evaluados con una nota.
Importa el aprendizaje, no la evaluación.

Ambas propuestas son bienvenidas para que los docentes reflexionemos sobre ellas e intentemos llevar a cabo nuevas propuestas metodológicas. Desde esta perspectiva, cualquier proyecto extra-escolar puede ser bienvenido para mejorar la educación de los alumnos y de la sociedad en general.

Os invito a echar un vistazo por el resto de sus entradas para descubrir nuevas revoluciones como esta que Maria Acaso nos propone.

¡Hasta pronto!

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